El término “conclusión” (lt. Conclusĭo-ōnis; gr. ἐπίλογος), entre sus varias acepciones, normalmente se usa para poner en evidencia el cierre o final de algo que se realizaba, aunque también la enseñanza o lección que queda al interpretar el o los resultado(s) de una acción o la deducción lógica sobre ciertas evidencias previamente presentadas en orden. Cualquiera sea la acepción que elijamos sería comprensible para cualquier mortal normal que ese algo al que refiere se haya en un estado definitivo de clausura, inmodificable como la muerte, dado que a esto apunta en su origen. Sin embargo, nos viene la novedad que en Chile, a diciembre de 2023, su significado es diferente según sea la intención de cada cual, lo que por desgracia parece ser coherente con la multiplicidad y gradualidad de los anhelos y de las extrañas percepciones de los días que vivimos.