Resulta increíble la falta de un adecuado ejercicio mental por parte de algunos “opinantes” del vetusto nacionalismo conservador que, aferrados siempre a lo ya viejo, hoy se aferran a un sistema que, al igual que ellos, sufre de progeria, es decir, de envejecimiento acelerado. El sistema neoliberal envejeció por ser una estructura rígida que no supo leer el signo de los tiempos ni dar respuesta adecuada para que toda la comunidad nacional participara de la generación de riqueza. Empero, eso era de esperarse de una oligarquía plutócrata que, históricamente, ha fijado su comportamiento dentro de los parámetros del interés de su riqueza y la violencia institucionalizada a su servicio, más que de la inteligencia.
Resulta increíble la falta de un adecuado ejercicio mental por parte de algunos “opinantes” del vetusto nacionalismo conservador que, aferrados siempre a lo ya viejo, hoy se aferran a un sistema que, al igual que ellos, sufre de progeria, es decir, de envejecimiento acelerado. El sistema neoliberal envejeció por ser una estructura rígida que no supo leer el signo de los tiempos ni dar respuesta adecuada para que toda la comunidad nacional participara de la generación de riqueza. Empero, eso era de esperarse de una oligarquía plutócrata que, históricamente, ha fijado su comportamiento dentro de los parámetros del interés de su riqueza y la violencia institucionalizada a su servicio, más que de la inteligencia.
Pero estos nacionalistas conservadores, esos que todavía creen que el fin de la historia del nacionalismo está con Nicolás Palacios y se aferran al ya anacrónico concepto de raza; sí, esos mismos, son fácilmente reconocibles por sus dichos (no dan para “discurso”) patrioteros, institucionalistas pro “orden y seguridad”, el libre emprendimiento (aunque sus emprendimientos personales son casi nulos), los valores patrios (¿?), pro defensa de la constitución neoliberal y, en el caso de esos que alguna vez se disfrazaron de nacionalsindicalistas revolucionarios, esos hablan de doctrina y Estilo “secuestrado”, como si alguna vez estos hubiesen sido y representado algo propio en sus vidas.
Los mismos que vociferaban rechazar una Nueva Constitución, sin fundamento o justificación alguna; movidos únicamente por el miedo, ante una amenaza que, aún hoy, han sido incapaces de identificar concretamente. Son estos los mismos que renegaron del espíritu revolucionario y se sumaron a la falsa paz y tranquilidad de los que sirven al sistema que va, en esencia, en contra de los mismos principios que dicen representar como “nacionalistas”…
Ya no son dueños de sí mismos, hoy están al servicio de aquello que decían combatir, faltos de ideas propias porque aquellas están, para ellos, “secuestradas” por quienes sí saben de lealtad a los principios y al juramento revolucionario. Entonces, así dadas las cosas, cuando les surgen las frustraciones que son producto de sus “condotieras” batallas perdidas, en defensa de los intereses de sus nuevos amos $istémicos, entonces las emprenden contra aquellos que, a su propio decir, les dejaron sin ideas ni Estilo, esas mismas que nunca calaron ni en sus mentes ni en su corazón.
No calaron, porque en sus síndromes progeroides, estaba la rigidez de estos órganos. Nunca hubo en ellos la suficiente elasticidad para activarse por sí mismos, lo que unido al excesivo tiempo dedicado a la adoración de Baco, hizo que tempranamente las Musas se retiraran despavoridas entre los vahos del alcohol y las consecuencias de los esfínteres relajados… lo poco que queda arriba se va yendo rápidamente por abajo.
Viven para mentirse a sí mismos, inventan hechos y se atribuyen glorias que nunca tuvieron o que jamás existieron, más allá que en sus mentes embobadas por sus libaciones, como buenos beatos conservadores, se “santifican” a sí mismos, se sienten el espejo de la moral y, como si no, son también parte de la “reserva moral de la Patria”, y por lo mismo la “defienden” para que todo siga igual y no se les acabe “la pega”.
Ya lo decía el camarada Callís: “cuando a la derecha le tocan el bolsillo, le bajan los humores fascistas” (Salazar, 1994, p. 244), y a propósito: estos mismos reaccionarios parecen repudiar a la juventud, o sufrir de efebifobia. ¿Qué pensarán del mismo Callis (n. 1922), que con 25 años participó en la constitución del MRNS? O de Carmona (n. 1938) y Cáceres (n. 1942), quienes asumieron, con 28 y 24 años respectivamente, la conducción del MRNS a mediados de la década del 60 (Aspas, 1966).
Estos mismos reaccionarios, que repudian la violencia y todo acto revolucionario, ¿recordarán la apología de Callis a la “santa violencia”? Desde 1952, el planteamiento es clarísimo: "No puede existir revolución, sin doctrina revolucionaria… revolución es el cambio de todo lo existente -en los campos más diversos y variados - ciencia, arte, gobierno, economía, cultura, organización - por una vida y un régimen nuevo, basado en una nueva concepción de la vida y por ello en una nueva filosofía” (Callis, 1952).
Pero estos “beatos”, que defienden el sistema oligárquico, ni siquiera son como los “beatus possibundettis” de los que nos hablaba José Antonio, es decir, los felices dueños de casi todo… estos son “Beatus rasquelis”: son felices con lo que pechan y cae en el vaso o la poruña.
Hoy, como buenos beatos de la moralina, no son más que víctimas de sus propias inconsecuencias, y van todos rengueando por el hielo del desprecio con la espada rota, purgando el pecado de lo que son: traidores.
Abstract: It's incredible the lack of an adequate mental exercise on the part of some "opinion-makers" of the ancient conservative nationalism who, always clinging to the old, today cling to a system that, like them, suffers from Progeria, that is, from accelerated aging. The neoliberal system aged because it was a rigid structure that did not know how to read the sign of the times or provide an adequate response so that the entire national community could participate in the generation of wealth. However, that was to be expected of a plutocratic oligarchy that, historically, has set its behavior within the parameters of the interest of its wealth and the institutionalized violence at its service, rather than intelligence.
Referencias (por orden de utilización):
Salazar, M. (1994). Guzmán: quién, cómo, por qué. Ediciones BAT.
Aspas N° 10, de mayo de 1966. https://issuu.com/mrnschile/docs/aspas_10
Callis, R. (1952). Doctrina y revolución. Brecha, 1, pp. 2-4. https://issuu.com/mrnschile/docs/brecha_1952