Tras las protestas en la ciudad de Iquique a propósito de las olas migratorias y la deficiente gestión del gobierno central, las reacciones de condena a tales hechos se han manifestado a través de las consignas “ninguna persona es ilegal” y “migrar es un derecho”, repetidas cuales mantras, reduciendo el fenómeno a un mero lema que, por muy valedero que pueda parecer, no sirve ni de cerca para entender el conflicto ni menos para solucionarlo. Nuestro propósito es efectuar un diagnóstico de la migración fundado en la realidad concreta, para así, por una parte, desmitificar los discursos que se enarbolan de extremo a extremo y, por otra, plantear líneas de acción para soluciones realistas.